Conversamos con Sandra Martínez Plaza, una profesional de los Recursos Humanos con fuertes valores hacia la igualdad en el trabajo y la sustentabilidad. Comparte con nosotros sus ideas a través de sus experiencias profesionales. No solo apoya estos valores sociales, sino que además, trata de concienciar a las personas sobre estos temas participando en ARHOE, Perlas de sabiduría para tener trabajo y HR Disrupt Madrid entre otros.
A día de hoy, con más de 15 años de experiencia trabajando con empresas internacionales, trabaja en la empresa Mature Transformación Positiva como Senior Consultant.
En mi caso, no sé si lo llamaría limitaciones, pero es evidente que tiene un impacto. Y es un impacto que cada vez veo más claro en base a lo vivido en primera persona, a lo que he visto a mi alrededor, y sobre todo, a lo que te hace ser consciente el hecho de ponerte las gafas moradas.
Destacaría dos aspectos, el primero el hecho de estar en minoría obliga a adoptar o adaptarse a un tipo de gestión, digamos, “masculina”. He sido consciente de ser más pequeña físicamente, y he optado por “disfrazarme” con traje pantalón, y tacones lo más altos posibles para desentonar menos. En definitiva, el entorno a nivel decisión sigue siendo fundamentalmente masculino, y la diversidad (real, no la de la foto) sigue siendo una excepción. Cuando la hay, no suele salir bien parada, es un entorno más duro. De hecho, y reflexionando después, me he dado cuenta de que en muchísimas reuniones (y sin saber ponerle nombre entonces) he vivido en primera persona o presenciado episodios de interrupciones, de mainsplaining o de cosas tan sencillas como estar en una reunión con todo hombres, y decir alguien con naturalidad a la única mujer: ¿tomas nota tú, verdad?
Son, aparentemente, cosas sin importancia, pero que no dejan de ser micromachismos que al final no son tan micro porque son lluvia fina y constante, que acaba calando. El segundo aspecto es la conciliación, muy lastrada por toda la carga de cuidados que la empresa asume que recaerán sobre ti y que, en muchísimos casos, recae efectivamente. No hay más que ver las estadísticas de reducciones de jornada o excedencias por cuidado de hijos, que son muy mayoritariamente solicitadas por las mujeres. La maternidad es un reto para las mujeres por los permisos de maternidad y por la falta de corresponsabilidad en los hogares.
Creo que estamos en el camino de erradicar el primero con la equiparación de permisos iguales e intransferibles, y ahora toca realizar un cambio en la corresponsabilidad en las labores del hogar y de los cuidados, pero esto llevará más tiempo pues requiere un cambio de mentalidad que empieza por la educación desde pequeñit@s.
Soy una firme convencida de la necesidad de tener valores orientados a la sostenibilidad en las empresas a todos los niveles: económico, ambiental y social.
Una organización sólo puede ser sostenible si conserva y gestiona sus “recursos” de manera que no se agoten y puedan continuar en el futuro. En español clásico, se trata de evitar el “pan para hoy, hambre para mañana” y es aplicable a clientes, emplead@s, proveedores, sociedad o medio ambiente. En ese sentido y dado que las empresas están formadas por personas, RRHH es un excelente lugar para tener la sostenibilidad y la RSC como bandera. Además, la reputación cada vez es más importante y las personas, también como consumidoras, reclaman cada vez más esa coherencia, esa ética y ese sentido de propósito que proporciona la sostenibilidad.
En mi caso concreto valoro mucho los principios y la actitud. Evidentemente la aptitud mínima para realizar el trabajo en cuestión es importante, pero si falta algo, puede suplirse con una actitud de curiosidad, ganas de aprender y humildad. También valoro mucho los perfiles que han hecho muchas cosas distintas, que han tenido que trabajar mientras estudiaban, por ejemplo, y que muestran valores de superación y flexibilidad.
Como decía un amigo mío, a la gente se la contrata por su aptitud y se la despide por su actitud. Pues bien, en mi caso, procuro fijarme al menos tanto en la actitud, porque creo que es el mejor predictor del éxito.
Según lo vivido en primera persona y por lo que me han contado much@s colegas, diría que ha tenido algunos impactos inmediatos:
Mucho trabajo de gestión (empresas con ERTES, bajas, organización de los espacios, etc.) Transformación digital sí o sí. Las empresas que no tenían sistemas que permitieran el teletrabajo se tuvieron que poner las pilas de forma urgente, logrando por ejemplo que esa modalidad se incorporase de una forma mucho más rápida de lo que la evolución anterior anunciaba. Tod@s tuvimos que usar nuevas herramientas y aprender nuevos formatos. Necesidad de innovación, de dar soluciones nuevas a situaciones también totalmente nuevas, como por ejemplo poner en marcha procesos de onboarding enteramente online, gestionar proyectos que estaban pensados para otros formatos… Gestión emocional y de equipos muy diferente. De repente había que confiar y delegar de verdad, así como nuevas formas para organizarse de manera eficiente sabiendo que el contacto era imposible. Descubrimiento de la importancia del “cariño”, y del apoyo psicológico y emocional a la plantilla, que ha reaccionado de formas distintas según se haya sentido o no apoyada por la empresa. Ha sido muy importante -y ha marcado la diferencia- el poner el foco en las personas, que se hayan sentido cuidadas y que realmente la frase de “lo primero son nuestros empleados” haya sido real.
Es complicado dar consejos en estos momentos, pero les diría que aunque el mercado está complicado, sigue siendo algo de dos: de ellos/as y las empresas. Como me dijo una candidata, “buscar trabajo es como buscar novio”, así que tenemos que conectar, si no es complicado que salga bien.
Y también les diría, siguiendo el símil, que no esperen a que quien les guste les invite a bailar, sino que tomen la iniciativa y se acerquen a las empresas que les interesan: más proactividad y menos reactividad. Con preparación, claro, pero adelante. Por último, les aconsejaría paciencia y trabajo duro. Buscar trabajo es un trabajo, así que organización, objetivos claros y paciencia, porque de media lleva varios meses. Saber que es normal ayuda a quitar presión.
Sandra nos recuerda la repercusión e importancia que los valores sociales traen consigo, para tenerlos más presentes en nuestras vidas y luchar por cuidar mejor de nuestro planeta y por la igualdad en nuestra sociedad. De hecho, después del Covid-19, estos valores están tomando mucha más fuerza y las personas están más concienciadas y a favor de estos cambios en la sociedad.
Aquellas personas que esten buscando trabajo, deben recordar como bien dice nuestra experta, que es un trabajo que lleva tiempo y es necesario afrontarlo con iniciativa y paciencia. Esta nueva situación dará lugar al éxito a un perfil de candidatos con buenos principios y valores que no tienen miedo al cambio y cuyo objetivo es aprender a mejorar nuestra sociedad.
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