Cristina Ces nos cuenta sobre su experiencia en el mundo de los RRHH, cuáles fueron los retos iniciales que tuvo que afrontar y cuáles son las habilidades requeridas en un joven profesional.
Cristina actualmente es Responsable de Selección y coordinadora de back office con cuatro años de experiencia en GRUPO ARESTORA, empresa de origen Gallego y con presencia internacional, que ofrece servicios de RRHH para todo tipo de organizaciones nacionales y de cualquier sector y dimensión.
Realmente no lo tenía claro, siendo joven no se visualiza el futuro de forma nítida; pero siempre he visto que los trabajadores de una empresa son los cimientos de una compañía, y si hay una mala construcción de base, la empresa se cae.
Vengo de una familia humilde, trabajadores en diferentes ámbitos, pude ver el esfuerzo y solicitudes de muchos de ellos, y pensaba que, quizás, podría aportar mi pequeño granito de arena para que a nivel laboral hubiese una sintonía entre los intereses de la empresa y de los trabajadores.
Una vez inicié la carrera pude comprobar que existían herramientas para ello, proyectando nuevas sinergias y herramientas para afianzar un cambio en las estructuras empresariales más autoritarias, creando flexibilidad bidireccional. La sociedad avanzó mucho en este aspecto, pero todavía queda mucho que hacer, la mejora continua es lo más importante a día de hoy.
En mis inicios tuve la oportunidad de formar parte de una gran multinacional en un puesto de atención al público, donde comprobé que valoraban los intereses de los trabajadores y sus condiciones laborales, me dije: “quiero ayudar a que todas las empresas puedan mejorar sus recursos humanos”. Fue ahí cuando decidí hacer el Master e iniciarme en el mundo de los RRHH de forma más especializada.
El Máster me dio la oportunidad de iniciar prácticas en Grupo Arestora, donde me desarrollé desde 0 y me especialicé en el área de selección de personal. Gracias a esta especialización y a formar parte de una empresa de soluciones de RRHH, con muy buen rigor técnico, puedo ver diferentes casuísticas de empresas, puestos y de trabajadores. Como ya dije, considero que estos últimos son los cimientos de una empresa, por tanto, una selección con rigor técnico hace que la construcción de la empresa sea firme y duradera.
Realidad. Poner en práctica la teoría en ámbitos reales. Ahora este aspecto lo están mejorando, pero, aun así, considero que cuando se finaliza la carrera no disponemos de todas las herramientas para afrontar diferentes escenarios. Esto llevaría a que los alumnos estuviesen más involucrados. Otro punto importante a mejorar es la tecnología (programas de gestión, simuladores, etc.). Por lo tanto, innovación y actualización continua, viendo las tendencias de los mercados de los diferentes sectores. Además de incorporar inglés como materia dentro del programa.
Estructurar los procedimientos del área de selección, pero de forma eficiente, junto a mis compañeros, coordinando a un Dep. de Back Office. Mis inicios en prácticas fueron en el Dep. de Back Office, pero a medida que la empresa fue creciendo, incorporamos nuevo personal al que hubo que formar y estandarizar todos los procesos.
Aunque considero que el mayor reto diario es fidelizar a los clientes. Atender las necesidades de un cliente y encontrar el empleado clave para una organización y comprobar que su rendimiento está siendo el esperado.
Comprobar que la calidad del trabajo es buena y que consigues unir las necesidades entre una empresa y un futuro empleado, ver que funciona y continúan confiando en el criterio técnico utilizado es muy gratificante. La confianza es lo más importante entre las personas, y así es también en los RRHH, confianza con la empresa (sus valores, cultura, legalidad…) y los trabajadores (rendimiento, responsabilidad, lealtad…).
Lo que un joven debe desprender es curiosidad, adaptabilidad rápida ante diferentes escenarios cambiantes. Hay que tener iniciativa para cambiar las cosas, la mejora continua es de las herramientas más importantes en cualquier ámbito.
Esto unido a responsabilidad, honestidad y minuciosidad en la realización de sus tareas conforman las habilidades esenciales que se están solicitando a día de hoy para los jóvenes y no tan jóvenes. Todo esto es mejorable y la experiencia y madurez profesional nos aportan otras competencias que se añadirían a la coctelera que la empresa quiere agitar para mejorar la organización.
Vemos diferentes escenarios diariamente, diferentes sectores, tamaños de empresas, estilos de liderazgo… Cada día es diferente, hace que no nos destaquemos, que continuamente innovemos, veamos nuevas formas de hacer y nuevas herramientas. El conocimiento se amplía mucho más que una empresa estándar.
Nosotros nos adaptamos a diferentes escenarios. Vemos a una empresa como un folio en blanco, la apertura a la experiencia es lo que define nuestro trabajo. Además, al estar en más empresas vemos la realidad del mercado en su conjunto, aportando en el área de selección un asesoramiento más detallado a la hora de seleccionar, orientando a la empresa para que vea la realidad en el mercado laboral, para que se adapte y ofrecerle herramientas para desarrollar a un buen colaborador interno.
Por otro lado, al ser una empresa externa nos falta autonomía para realizar todo aquello que realmente nos gustaría desarrollar, además de no conocer a la empresa con tanta profundidad como si estuviésemos dentro; aunque en muchos casos la confianza es tan grande que podemos tener la visión interna.
Para Cristina trabajar en el departamento de Recursos Humanos es su manera de aportar a la sociedad. Para ella es clave poder fidelizar al cliente y atender a sus necesidades para obtener resultados óptimos tanto para el cliente como para el empleado.
Las habilidades necesarias para un joven profesional que quiera ser parte de RRHH son la iniciativa para la mejora continua, la curiosidad, y la innovación.
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